Washington, 30 ago (PL) Muchos hispanos se encuentran hoy en centros de inmigrantes y enfrentan procesos de deportación tras negárseles el pasaporte estadounidense pese a contar con actas que fijan su nacimiento en territorio norteamericano, indicaron reportes de prensa.
Un trabajo del diario The Washington Post reproducido por varios medios cita el caso de un hombre identificado como Juan, de 40 años, cuyo certificado oficial de nacimiento muestra que fue recibido por una partera en Brownsville, en el extremo sur de Texas.
Según el periódico, esta persona pasó tres años como soldado en el ejército, luego como cadete en la Patrulla Fronteriza y ahora como guardia de la prisión estatal, pero cuando solicitó renovar su pasaporte norteamericano este año, el Departamento de Estado le dijo que no creía que fuera ciudadano estadounidense.
La administración de Donald Trump está acusando a cientos, y posiblemente miles de hispanos a lo largo de la frontera de usar certificados de nacimiento fraudulentos desde que eran bebés, y está llevando a cabo una ofensiva generalizada, apuntó el Post.
Los casos identificados por el medio y las entrevistas con abogados de inmigración sugieren un cambio dramático tanto en la emisión de pasaportes como en la aplicación de la ley de inmigración, añadió el periódico.
Algunos solicitantes de pasaporte con certificados de nacimiento de Estados Unidos están siendo encarcelados en centros de inmigrantes y enfrentan procesos deportación, y otros quedaron atrapados en México porque sus documentos fueron repentinamente revocados cuando intentaron reingresar a este país.
El Gobierno alega que desde la década de 1950 hasta la de 1990, algunas parteras y médicos proporcionaron certificados de nacimiento de Estados Unidos a bebés nacidos en México, por lo que durante las dos administraciones previas se denegaron pasaportes debido a esas sospechas.
Pero el medio advirtió que esas mismas parteras también trajeron al mundo a miles de bebés nacidos en Estados Unidos y ha resultado casi imposible distinguir entre documentos legítimos e ilegítimos, todos emitidos oficialmente por Texas hace décadas.
Un acuerdo alcanzado con el Gobierno en 2009 en un caso litigado por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles pareció haber puesto fin a al tema, pues los abogados informaron que el número de denegaciones de pasaportes disminuyó durante el resto de la administración de Barack Obama (2009-2017).
Pero bajo el presidente Trump, quien busca reducir tanto la inmigración ilegal como la legal, las negativas de pasaporte parecen estar en aumento, como parte de un interrogatorio más amplio sobre la ciudadanía de personas que han vivido, votado y trabajado en Estados Unidos durante toda su vida, alertó el Post.